La última diapositiva de la última sesión de la asignatura de Educación para la Felicidad, el pasado 19 de abril concluía con esta cita de Daisaku Ikeda (2010):
"Un valor humano debe tener fortaleza. Aunque en su corazón alberguen los sentimientos más puros y nobles, si es débil, no podrá construir la paz ni brindar felicidad al pueblo. Así pues, busquen alguna habilidad que les dé esa fuerza. No importa qué sea, el punto es que tenga algo a lo cual dedicar todo su ser"
Dicha sesión fue dirigida por Alida Moi, una educadora especializada en talleres pedagógicos en Museos, muy centradas en la experiencia de las maletas didácticas. Aunque ahora está trabajando en una escuela infantil que sigue la metodología Montessori, su estilo educativo va mucho más allá de esta escuela.
Alida es la penúltima invitada que ha pasado este curso por la asignatura. En cada edición desde que comenzamos hace seis años ya, han pasado diferentes profesionales procedentes de ámbitos muy diversos, relacionados siempre con la educación ya sea en un entorno formal o informal. El teatro y el arte, la economía, el feminismo, los museos, educación creadora de valor, la pedagogía Montessori en una escuela rural, la atención a la diversidad en la educación secundaria, la búsqueda de la paz por medio del diálogo en un colegio público. La próxima sesión del miércoles 26 de abril añadiremos el ámbito de la enseñanza del Karate en una escuela-gimnasio-dojo de un barrio de Valencia.
Mitsuko Matsumoto, Richard Michael, Marisa Bordón, Jesús Amate, María García Zambrano, Laura Peña, Alida Moi y Francisco Tapia, nuestros colaboradores comparten una cualidad. No solo son grandes educadores, es que se dedican a la educación o a su actividad profesional "con todo su ser" como decía Ikeda. Y es probablemente eso lo que les convierte en un tipo de educador especial, diferente, capaz de enfrentar las adversidades típicas en nuestro día a día.
Pueden ser innovadores, pueden facilitar el diálogo con sus alumnos, pueden atender e interesarse por las necesidades de sus estudiantes con interés genuino. Pueden hacer todo esto, apreciando y creando valor en tu actividad profesional educativa, trascendiendo cualquier actividad en la que participan, porque dicha actividad es una oportunidad de desarrollo, de creación de sentido personal. Y hay fortaleza en su manera de llevarlo a cabo, porque estoy seguro de que creen en lo que hacen, como una manifestación de sí mismos o de algo más grande que sí mismos incluso.
La semana que viene, con Francisco Tapia, por medio del Karate tendremos la oportunidad de vivenciarlo, de experimentar una vez más una educación creadora de valor. No solo conoceremos a Paco y podremos reflexionar con él en torno a su experiencia acumulada estos últimos 45 años, sino que nos trasladaremos todos a una de sus clases de este arte marcial.
Quiero terminar con otra cita. A finales del 2022 me pidieron desde la sede central de la Sokka Gakki en Japón, junto a otros académicos, que tratara de sintetizar qué entendía por educación creadora de valor. Y no era fácil sintetizarlo. Pero me ayudó pensar en nuestra asignatura y en el clima generado por cada uno de los profesionales que han participado en la misma, haciéndola posible. También por supuesto, en nuestros alumnos, sin los cuales nada de esto tendría sentido. Este es el texto que redacté:
"Cuando alguien entra en un aula donde se vivencia lo
que denominamos Educación soka 'lo nota'. Resulta difícil describir con
palabras en qué consiste la cualidad especial de esta manera de entender la
educación.
Yo creo que ante todo se nota un espacio de libertad
diferente a otro tipo de clases. Un espacio de libertad a la hora de expresar
lo que se piensa o se siente en relación a los temas que se trabajan, porque no
hay juicios ni censuras . Un espacio de libertad a la hora de establecer
relaciones naturales, de aceptación y cuidado mutuo, con los compañeros y con
el profesor o profesores que estén presentes. Un espacio de crecimiento que
tiene lugar en todos los que participan, porque aprender significa
desarrollarse como persona. Donde lo importante no son las diferentes sesiones
en sí, sino la conexión y dirección que se establece entre ellas.
Además de la libertad, también supone un espacio de
responsabilidad y esfuerzo compartido, para que el trabajo que se lleva a cabo
tenga sentido para todos. Es una situación de aprendizaje que favorece un flujo
constante de ideas gracias al diálogo mantenido con los profesores y con los
compañeros.
Todo esto genera una estética particular, una
experiencia total que genera un sentido de pertenencia que proporciona también
una identidad grupal.
Lo que se nota por tanto, es una educación donde uno
activamente tiene la responsabilidad de generar sentido individual y
colectivamente a lo que va ocurriendo. "
Qué difícil conseguir todo lo anterior y paradójicamente, que fácil resulta, sobre todo cuando no se lleva a cabo desde una metodología o una técnica (eso casi que lo imposibilitaría), sino desde una manifestación de personas dedicando todo su ser a algo, lo que denota una sexta concepción del aprendizaje defendida por autores como Rebeca Hammer y Erik van Rossum.
Todavía no lo saben pero lo vamos a pasar muy bien el próximo miércoles, donde además, seguro que también habrá espacio para el humor, que no estaba explícitamente incluido en lo anterior, pero es otra característica importante.
Referencias
Ikeda, D. (2010). La Nueva Revolución Humana - Volumen 13. Caracas, Venezuela: Soka Gakkai Internacional de Venezuela
Van Rossum, E. J., & Hamer, R. (2010). The meaning of learning and knowing. Brill.
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