When I'm outside in a real good mood
You could almost forget about all the other things
Like a big old ominous cloud in my periphery
You could almost forget about all the other things
Like a big old ominous cloud in my periphery
Esta deliciosa canción es la que he estado escuchando, entre otras, mientras conducía hacia Guadalajara, hoy que comienza este nuevo curso 19-20. Una buena banda sonora para comenzar el día, y el curso.
Curiosamente o no tanto, hoy me desperté a las cinco de la mañana, tras un sueño vívido típico en estos días de inicio de curso. No es la primera vez que tengo este tipo de sueño. Estoy en mi clase de Psicología del Desarrollo en la Facultad de Educación. Ante mi un grupo de alumnos que no conozco todavía, hablando todos muy alto. Trato de hablar pero no me escuchan, no puedo decir nada para reconducir la sesión, es como que hay una desconexión entre ellos y yo. Tengo ganas de coger mi mochila y salir sin decir nada, pero no recuerdo si lo llego a hacer o me despierto antes, con una sensación un tanto desasosegante. Ja... menudo sueño. Me quedé mirando el techo, desvelado, conectando con este típico miedo de todo profesor: no ser escuchado, ser ignorado, no conectar. Como no creo en las premoniciones, me lo tomo como lo que probablemente es, una conexión con una inquietud personal ante este nuevo curso que empieza. Una nueva oportunidad para dar esta asignatura que me encanta, que no empezaré hasta el miércoles. Y mucha incertidumbre sana. Tengo curiosidad por conocer a mis nuevos alumnos. El curso pasado no les conocí hasta pasado un mes, al estar de baja de paternidad. Este curso todo empieza más normal, todo está como más colocado de entrada. Así que espero aprovecharlo. Y qué mejor que empezar con un post en este blog, que aquí sigue, testigo ocasional de mis ocurrencias.
Bienvenidos a todos los que sigáis por aquí.
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