El maestro actúa sin hacer nada
y enseña sin decir nada
Las cosas aparecen y él las deja venir;
las cosas desaparecen y él las deja ir.
***
Retirarse tan pronto como se
completa la tarea
Tal es el camino del Cielo
Lao Tzu (El Tao de la Gracia)
Poco más quiero decir, o se puede decir, en lo que ha sido el final de la asignatura transversal de Educación para la Felicidad, que hemos impartido Ana Belén García Varela y yo este segundo cuatrimestre.
Un final que deja poso. Un final que deja buenas sensaciones. Un final ya convertido en un recuerdo entrañable.
Esta sesión y la del miércoles pasado (26 de abril) fueron de lo más especiales. Eran las sesiones donde los alumnos eran más protagonistas que nunca. Aún recuerdo la sesión de la semana pasada, donde no teníamos ni idea de lo que íbamos a hacer, de cómo exactamente íbamos a terminar. Un final que es a la vez un comienzo pensado para el próximo curso. Un final que mira adelante, recuperando lo que han significado estas sesiones. Las sesiones aparentemente más sencillas suelen también ser las más complejas, y la de ayer fue así, sencilla en apariencia.
Ayer trascendimos el tiempo y fuimos más allá de un mero final. Decía una alumna que terminaba emocionada y que eso no era normal a la hora de terminar una asignatura en la universidad. Qué pena que no lo sea, pensé yo.
En la foto estamos felices. Qué más vamos a añadir. Ya tendremos tiempo para eso. Ahora, prefiero quedarme con las sensaciones ,)
Gracias a todos
Alejandro
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